La FAO reconoce como locales a ovejas y cabras criollas formoseñas
La FAO, a través del Sistema de Información sobre la Diversidad de los Animales Domésticos (DAD_IS) ya reconoce como razas locales a cabras criollas y las ovejas formoseñas de la zona oeste de la provincia, constituyéndose en los primeros recursos zoogenéticos del Gran Chaco Americano en obtener éste estatus.
El arduo trabajo, que demando once años de labor ininterrumpida, estuvo a cargo de un equipo encabezado por el doctor Sebastián De la Rosa, director del Centro de Validación de Tecnologías Agropecuarias, CEDEVA, organismo del gobierno de la provincia de Formosa que inicio el emprendimiento en el año 2007.
Todos ellos recibieron las congratulaciones del gobernador de la provincia, doctor Gildo Insfran, quien impulso esta iniciativa así como también la creación de los CEDEVA para promover la productividad en las áreas desérticas del Chaco Seco.
CEDEVA desarrollo las importantes actividades de investigación en conjunto con la facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Nordeste, UNNE, una gestión conjunta que brinda ahora un contundente resultado con este reconocimiento a nivel internacional.
De forma participativa con productores y artesanas que utilizan estas razas, se realizó la caracterización genética, productiva, poblacional y de sus sistemas de producción, aspectos requeridos por la FAO para poder reconocer a una raza como tal. Paralelamente se han planificado estrategias de conservación y mejoramiento con los productores, que ahora se verán fortalecidas con una valiosa herramienta para la agregación de valor de su producción, ya que estas razas presentan características propias que las hacen únicas.
Las cabras criollas formoseñas son animales rústicos y prolíficos adaptados a los ambientes semiáridos, donde producen carne de consumo casi diaria por las familias de pequeños productores.
Las evaluaciones realizadas a lo largo de los años han demostrado que son una pieza fundamental a utilizar en los cruzamientos con razas de alta producción para lograr imprimirles adaptación, siendo en algunas regiones la única alternativa por sus nobles características.
Las ovejas del oeste formoseño, además de producir corderos con muy buen ritmo de crecimiento, poseen un vellón con características especiales de la lana, que son la materia prima para tejidos artesanales confeccionados por las mujeres qom.
Estas características, sumadas a los métodos de hilado y teñido con tintes naturales del monte, les confieren a los productos un alto valor, que ahora será potenciado.
A partir del reconocimiento por parte de la FAO de las dos razas locales, se abre la posibilidad de trabajar en la obtención de productos con “Denominación de Origen”, buscando siempre aumentar la agregación de valor con alternativas sustentables.