Juraron nuevos facilitadores y destacan el rol social del programa para acercar la justicia a la comunidad
El ministro del Superior Tribunal de Justicia, Guillermo Horacio Alucín dijo que el servicio de facilitadores judiciales es un claro ejemplo de justicia social, porque es dar las mismas oportunidades a la gente de una comunidad, y sobre todo a los sectores más vulnerables, para que puedan acceder en igualdad de condiciones a la Justicia y que, además, esto se desarrolle en su propia comunidad, sin necesidad de tener que trasladarse a los grandes centros urbanos donde puede haber un Tribunal.
«Eso es la justicia social y yo creo que con este servicio se hace carne este principio», remarcó el magistrado judicial, principal impulsor de esta iniciativa que desde el año pasado está en marcha en Formosa.
Al hablar en el acto donde juraron facilitadores judiciales de Palo Santo y Herradura, el doctor Alucín, quien es además ministro coordinador de la Justicia de Paz, exhortó a llevar adelante una tarea conjunta con todos los actores de la comunidad porque pretender que el Poder Judicial solucione los problemas de la mayoría es una utopía. «Necesitamos de la comunidad, necesitamos de los funcionarios municipales, de los funcionarios del gobierno, de las fuerzas armadas, de las fuerzas de seguridad, porque entre todos nos tenemos que ayudar para llevarle una solución a aquella gente que no puede llegar hasta un juzgado, porque hay gente que puede pagar un abogado y no tiene problema, va, tiene plata y paga un abogado, pero también hay gente que no tiene recursos y otras que ni siquiera sabe hablar bien el castellano, entonces para eso también necesitamos facilitadores originarios, facilitadores que nos permitan abrir una puerta para que su gente pueda tener la posibilidad de acceder al sistema de Justicia, que es lo fundamental y un derecho fundamental básico», subrayó.
Un camino, una salida
Refiriéndose al programa de facilitadores judiciales, el doctor Alucín se mostró convencido de que este servicio voluntario es un camino, una salida y una alternativa, construido sobre la base del compromiso asumido por cada facilitador al aceptar la función de trabajar en favor de su comunidad, acompañados por los jueces de Paz que siempre van a colaborar con ellos en la tarea de capacitación y acompañamiento.
Sobre este punto, dijo que los facilitadores van a recibir capacitación permanente, orientada a la asistencia de la gente de su comunidad, de tal forma que gracias a este entrenamiento puedan evacuar las consultas y requerimientos de la gente, logrando de esta forma que la Justicia llegue a todos.
Tras destacar el interés que despierta el servicio, señaló que esto muestra también que hay «esperanza y un deseo de solucionar inconvenientes», y en este sentido, advirtió que un problema por más pequeño que sea si no es tratado a tiempo puede convertirse en uno más grande, es decir una falta puede pasar a ser un delito. «Esto puede pasar porque en principio no hubo quien intervenga para lograr una solución, y para esto necesitamos el compromiso y la participación de toda la comunidad, no solo de los jueces y los abogados, sabiendo que hay otra alternativa para solucionar los problemas que tiene la gente, no solo a través del juicio o el expediente judicial, sino dialogando y para eso tenemos que tener una cultura pacifista», aseveró.
Al referirse a la necesidad de encarar un trabajo conjunto, Alucín trajo a colación su discurso del año 2016 cuando aclaró que independencia del Poder Judicial no significa aislamiento, tornándose imperativo que todos los poderes del Estado se den una mano en beneficio del único destinatario de todos los esfuerzos: la comunidad, el pueblo, «y en esto todos los funcionarios estamos comprometidos», enfatizó.
Finalmente agradeció el acompañamiento y apoyo del Poder Judicial de Formosa, a los magistrados y funcionarios de Corrientes comprometidos con esta iniciativa, a los funcionarios de diferentes organismos, a los intendentes del interior provincial, a los integrantes de las fuerzas de seguridad y policiales, que son un eslabón muy importante en este programa, a los facilitadores en actividad, a los jueces de Paz y a la comunidad en su conjunto por su colaboración y ayuda.
Trabajo voluntario para ayudar a la gente
El ministro Alucín también se refirió a los escollos que surgieron a poco de comenzar a desarrollar este proyecto, ya que muchos no entendían la idea de trabajar gratis en favor de la comunidad. «Había sido que era verdad y eso me pone doblemente contento porque hay gente que persigue el compromiso de dar un servicio y que es feliz diría yo, porque sabe que está haciendo algo positivo por el prójimo, por su comunidad», reflexionó.
Aludió entonces al reiterado concepto de justicia social, muy en boga en estos tiempos, pero que se remonta a Luigi Taparelli, uno de los fundadores de la Doctrina Social de la Iglesia, que fue quien incorporó la concepción de justicia social, indicando que consiste en dar igualdad de oportunidades de hecho a todos los hombres para que puedan hacer valer derecho de la humanidad, hoy conocida como derechos humanos. «Y el acceso a la Justicia es la posibilidad que tiene toda la gente, pobres y ricos como diría también la doctora Highton de Nolasco de entrar al sistema judicial y una vez en el sistema judicial lograr un fallo o resolución, a ser posible que ese fallo o resolución se pueda ejecutar, se pueda hacer efectivo, se pueda concretar», señaló el magistrado, asociando esta idea con el servicio que brindan a la comunidad los facilitadores judiciales.
En nuestra provincia, desde su implementación el año pasado, más de medio centenar de facilitadores judiciales están trabajando activamente en la Primera Circunscripción Judicial, habiendo intervenido como intermediarios en conflictos y problemas comunitarios referidos a temas tales como: ruidos molestos, medianería, alimentos, desavenencias familiares, alcoholismo, consumo de estupefacientes, malos tratos a ancianos y reclamos ante la empresa Refsa. Algunos casos fueron derivados a los Juzgados de Paz y otros a los organismos competentes.
El acto realizado el viernes pasado en Tribunales fue el sexto juramento de facilitadores judiciales, ya que eventos similares se concretaron en Misión Laishí, Circuito Cinco, El Colorado, Herradura y Pirané.
En esta ocasión juraron facilitadores judiciales de Palo Santo y Herradura, en el marco de una ceremonia presidida por el titular subrogante del STJ, Eduardo Manuel Hang y el ministro Guillermo Horacio Alucín. Compartieron el estrado el inspector de la Justicia de Paz, Marcelo Paolisso y las juezas de Paz, Silvia Noelia Dominguez y Graciela Maricel Oviedo.
Juraron en primer término los facilitadores de Palo Santo y luego hicieron lo propio los voluntarios de Herradura, ante una nutrida concurrencia que coronó con un cerrado aplauso este importante acontecimiento.
Tras la firma de las actas correspondientes por parte de los flamantes facilitadores, hizo uso de la palabra el doctor Alucín y en el tramo final de la ceremonia hubo un intercambio de experiencias de entre jueces de Paz y Facilitadores Judiciales de Formosa y Corrientes. La presentación estuvo a cargo de la inspectora de Justicia de Paz de Corrientes, Ingrid Lissy Factor de Tosi.
Asistieron al acto el ministro coordinador de la Justicia de Paz de Corrientes, Fernando Augusto Niz, funcionarios del Poder Ejecutivo Provincial, intendentes de localidades del interior provincial, autoridades de fuerzas armadas, de seguridad y policiales, facilitadores judiciales en funciones, jueces de Paz, delegados Vecinales, invitados especiales y público en general.
Los facilitadores judiciales son líderes comunitarios que ejercen su labor de manera totalmente voluntaria. Realizan sus funciones en el ámbito geográfico de su comunidad o barrio, y no tienen competencias judiciales ni actúan de oficio, sino solo cuando son consultados o las partes lo solicitan.
Apoyan a las autoridades operadores de Justicia en una serie de trámites y sirven como mecanismo de transmisión de situaciones o casos, aconsejan a las personas sobre leyes y procesos, acompañan a miembros de la comunidad a realizar trámites, llevan a cabo conciliaciones y resultan de especial importancia en la creación de una cultura cívico-jurídica.
Los facilitadores judiciales son nombrados por su comunidad, designados por el juez de Paz, capacitados, supervisados y alentados por éstos con el apoyo de otros operadores de Justicia.
El Programa Interamericano de Facilitadores Judiciales se traduce en los siguientes beneficios: reduce la conflictividad, incentiva la participación ciudadana, mejora la seguridad ciudadana, contribuye a reducir la pobreza, descongestiona los Juzgados, acerca a los jueces a las comunidades, reduce costos por caso resuelto, mejora la relación Poder Judicial y población, brinda información sobre deberes y derechos, disminuye la violencia de género, restablece las relaciones personales y comunitaria y, fundamentalmente, mejora sustancialmente el acceso a justicia, sobre todo de los sectores más vulnerables de la comunidad.